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martes, 13 de agosto de 2013

El deporte paralímpico en España. Pensamientos en voz alta.

@xavi_torres

Un año más llega el verano, y como siempre en la época estival el calendario se llena de eventos deportivos internacionales. En un año post-olímpico y post-paralímpico es muy importante poder evaluar los caminos que toma cada país en cada una de las modalidades que existen en el panorama del deporte. Está siendo un verano fantástico, con el Mundial de Natación, Atletismo, Europeo de Baloncesto y otras muchas más competiciones (no acabaría si tuviera que nombrarlas todas y aún así olvidaría muchas más) así como sus campeonatos equivalentes también en deporte paralímpico.

Decía que es un año importante en el que se reflejan las estrategias que cada país va a seguir a la hora de plantear objetivos a medio/largo plazo y también es el momento de buscar la forma de alcanzarlos. Hace tiempo que tenía ganas de escribir sobre este tema, y creo que este año en el que veo los toros desde la barrera y no compito con la selección es un buen momento. Sigo con ganas las actuaciones de los deportistas paralímpicos españoles, hace unas semanas en el Mundial de Atletismo de Lyon y estos últimos días en el Mundial de Natación en Montreal. 


Llevo en el deporte paralímpico desde 1989, año en el que yo era apenas un adolescente que practicaba un deporte casi invisible a la sociedad en el que personas con discapacidad empezábamos a hacer crecer esta modalidad que otros pioneros y veteranos anteriores a nosotros se atrevieron a introducir. Hablaré especialmente de la natación paralímpica pero creo que muchas de las cosas que saldrán son aplicables a otros deportes. 


El deporte adaptado era algo muy desconocido socialmente pero con los Juegos de Barcelona'92 tuvo un gran impulso. Recuerdo esos años previos a la cita barcelonesa en los que un grupo de chavales bastante numeroso surgimos de la nada y casi fuimos reclutados (en tono de broma lo digo) para unirnos a otro grupo de nadadores con discapacidad mayores que nosotros para afrontar con garantías una competición de ese calibre en casa.


Tras una preparación extraordinaria (para los medios que teníamos y para lo que estábamos acostumbrados) tuvimos un gran éxito deportivo, logrando estar entre los 5 países que encabezaron el medallero. La verdad es que mirándolo en la distancia y desde el tiempo transcurrido creo que ese éxito fue debido a dos circunstancias. La primera fue que tener unos Juegos en nuestro país trajo ilusión, ganas y medios (pocos pero algo más de lo que teníamos) y la segunda circunstancia era que esa situación nos hizo estar en unas condiciones de preparación por encima de la media de los demás países, en los que el deporte para personas con discapacidad estaba todavía muy en sus inicios. Y también es cierto que el nivel deportivo era menor al ser una modalidad deportiva relativamente joven y, por tanto, a poco que se trabajase medianamente bien había muchas probabilidades de triunfar.


4 años después tuvimos de nuevo un gran equipo en Atlanta'96. El grueso de la selección era el que estuvo en Barcelona y a él se sumaron otros jóvenes que en el 92 vieron en los medios de comunicación que existía un deporte para todos; eso hizo que nuestro potencial fuera todavía mayor en 1996. Ese nivel lo mantuvimos también en Sydney'2000 en el que contamos con un equipo maduro, con nadadores en su mejor edad y nivel deportivo. Fue entonces cuando empecé a oír una de las cosas de las que quiero hablar hoy: el relevo generacional.


Tras el 2000, los deportistas que quedaban de 1992 y 1996 empezaban a ser viejos, los coletazos de tener unos Juegos en casa también perdían efecto y los otros países iban evolucionando y creando estrategias para potenciar y fomentar el deporte adaptado desde niveles base especialmente, haciendo que también eso ayudase a mejorar sus niveles competitivos.


Desde el año 2000 el nivel deportivo español ha ido bajando pese al esfuerzo de técnicos, deportistas y directivos que no dudo que lo damos todo cuando representamos a nuestro deporte alrededor del mundo. No hay que engañarse, es algo fácil de comprobar que nuestro nivel deportivo ha bajado porque el deporte puede ser muchas cosas pero, ante todo, son datos, números, resultados, medias de edad, etc Es decir, que es fácil de estudiar y analizar lo que va sucediendo. Otra cosa es averiguar por qué está sucediendo.


Por suerte o por desgracia hay algunos deportes que tienen mayor número de pruebas y, por tanto, de medallas a repartir como es el caso del atletismo o la natación. Es fácil deducir que que si estos dos deportes no funcionan, en el medallero se estará muy atrás por mucho que las demás modalidades estén asiduamente en el Top 3. Esos deportes que tienen menor número de medallas a repartir ha mantenido su tónica y en algún caso han mejorado su nivel en España


Volviendo a la cronología, en 2004 ya no estuvimos tan bien. Curiosamente empezó a coincidir con la época en que en teoría el deporte paralímpico empezaba a estar más organizado en España (a nivel de organismos) e incluso a contar con más medios y financiación. De hecho, tras volver a tener peores resultados en 2008 se "profesionalizó" a algunos deportistas e incluso a algunos técnicos. Y aún así, volvimos a bajar en el medallero en la cita londinense del pasado año. Qué pasa?


En estos 3 últimos ciclos paralímpicos el tema del relevo generacional ha sido un tema más que recurrente e incluso (es opinión personal) ha sido utilizado como excusa para justificar los resultados. Basta tan solo tirar de hemeroteca o revisar entrevistas a directivos, técnicos y deportistas de nuestro propio programa "Paralimpicos" que emite TDP. ¿De verdad en estos tres últimos Juegos hemos tenido relevo generacional? Yo creo que no, y además creo que es una realidad (el hecho de que dicho relevo no exista) que está empezando a ser algo acuciante en nuestro deporte y es un mal del que dependen muchas de las cosas que suceden.



En los Juegos no hay ausencias ni retiradas y es el verdadero listón de nuestro nivel; otras competiciones pueden ser referencias nada más pero parece que a veces nos cegamos con los resultados que obtenemos en Mundial y/o Europeos y luego en los Juegos nos damos el batacazo con todo el equipo. Hablando de la natación y de los Juegos nuestro equipo de natación ha ido aumentando de edad media casi tres años por cita paralímpica hasta alcanzar los 34 años de media (en el caso de discapacidad funcional en natación) en Londres. Hay quién dirá que hay algún nadador que aumenta esa media al ser mucho mayor. De acuerdo, no lo pondremos en la media... Así la media es de 32. Para mí es lo mismo. Lo que está claro es que desde Sydney 2000 no ha habido relevo generacional. En Londres eran mayoría quienes llevaban tres o más Juegos en su haber, y eran contadas las incorporaciones habidas en el equipo nacional en estos últimos 12 años. Si a eso le sumamos que la mayoría de medallas obtenidas han venido de la mano de los más veteranos, ese hipotético relevo generacional queda un tanto desmitificado.


Este tema es especialmente preocupante en la natación para deportistas con discapacidad funcional, y no tan acentuado en la de los nadadores con discapacidad visual. El tema en cuestión es que la gran mayoría de incorporaciones han venido fruto de la casualidad y no de un plan ni un programa enfocado a detectar posibles deportistas. Eso puede ser o no ser importante si a uno le gusta o no el deporte de competición, pero sí es preocupante ver que eso no es un problema de la competición en sí. Lo que es angustioso es que eso puede llegar a ser un reflejo de las oportunidades que puede tener un niño con discapacidad, o una persona que sufre una discapacidad siendo adulta, a la hora de querer practicar actividad física en nuestra sociedad.


En el fondo no estoy hablando de crear campeones sino de dar oportunidades a todos por igual, para que además luego salgan campeones. Es fácil apostar a caballos ganadores y estar siempre junto a ellos, pero los caballos ganadores también envejecen y dejan de ser tan rápidos. Y claro, si solo nos preocupamos de los caballos ganadores, pasa lo que pasa.


En España tenemos cosas muy buenas, buenísimas. Pero... también tenemos otras muy malas. Ahora esta muy de moda hacer diagnósticos DAFO para evaluar situaciones diversas. No lo voy a hacer pero creo que sería fácil hacerlo en nuestro caso. Empecemos por las buenas. Una de nuestras grandes fortalezas es nuestra pasión, las ganas que ponemos cuando queremos algo en el deporte. En eso no nos gana nadie, es nuestro carácter y también nuestra cultura y forma de ser. 


Pero digamos también algo malo, alguna debilidad que tengamos. Por ejemplo, somos muy desordenados, vamos a tirones, como si apagáramos fuegos según va llegando. Si eso lo traducimos a nuestro deporte el tema es algo así como diferentes estructuras organizativas de forma piramidal que supuestamente están creadas para tener unas competencias y responsabilidades (desde el Comité Paralímpico Español, Federaciones Españolas, Federaciones Autonómicas, Centro de Entrenamientos, Clubs, Escuelas Deportivas,...). Somos algo desorganizados, y quizás no me refiero a la forma (habrían una larga discusión sobre si hay demasiadas Federaciones Españolas, o si el deporte paralímpico debería estar integrado e incluído en las Federaciones Olímpicas, etc). Me refiero más a la parte práctica de este engranaje, al día a día, y a los recursos que a veces faltan al haber multiplicadas ciertas funciones innecesariamente.


Si hacemos un cuadrante de esas responsabilidades o competencias (al que me refiería antes) puede ser que encontremos algunas de ellas repetidas hasta en 4 niveles distintos (organismo distintos), y otras de las que en la práctica no se ocupa nadie. Evidentemente es normal que algunas de esas competencias sean participadas por más de un nivel distinto a nivel organizativo pero a veces eso es exagerado. La pregunta es ¿Hasta qué punto es competencia el deporte de élite de un club deportivo, o hasta qué punto debe involucarse el Comite Paralímpico en la detección de jóvenes? Aquí a veces hacemos un poco de todo según venga la situación dada pero aunque en el papel tenemos nuestro rol, a todos nos gusta meter la nariz en todos lados, y a veces no es eso lo mejor.


Creo que debemos ser conscientes que el éxito de nuestro deporte es el éxito de la suma del esfuerzo de todos y eso lo lograremos siendo organizados y teniendo clara cual es nuestra parte de responsabilidad.


Ya está bien de excusarnos en relevos generacionales o en que han quitado pruebas del calendario paralímpico o que hemos hecho muchos cuartos y quintos. Todos los países van viendo como sus deportistas van cambiando; todos los países se enfrentan al mismo calendario que nosotros y algunos no solo mantienen sus resultados sino que además los mejoran y logran más medallas, y de toda la vida los cuartos y quintos no tienen medalla y no cuentan en el medallero (por cierto, yo fui quinto en Londres, uuuuy).


Seamos críticos, no vendamos un éxito donde no lo hay. Seamos críticos, caray!. Evidentemente hay que acercar los valores de nuestro deporte a la sociedad y a los sponsors pero no faltemos a la verdad. No creo que nuestros sponsors apuesten solo por nosotros por un número de medallas; opino que en una parte importante lo hacen también por los valores que transmitimos. Eso sí! Nosotros queremos resultados, como debe ser. Los valores de nuestro deporte van ya intrínsecos de serie. Pero no nos preocupemos tanto de lo que la prensa, sponsors y resto del mundo crea que somos; preocupémonos de lo que realmente somos.


Situándonos en el presente más reciente, pese al gran esfuerzo de deportistas y técnicos España ganó 9 medallas en un Mundial de Atletismo Paralímpico en el que había 617 medallas en juego. ¿Es eso un éxito deportivo? No me refiero a los deportistas (para quienes evidentemente es un éxito lograr su medalla mundial). La pregunta correcta seria; ¿Es ese resultado un éxito para nuestro deporte? De las 9 medallas, 2 de las de oro han sido logradas por uno de nuestros grandes lanzadores ciegos que tiene 41 años (y por suerte, tiene cuerda para rato), otra medalla por un deportista de 35, otro 32 y otro de 31 además de las 4 medallas restantes por deportistas alrededor de los veintitantos ¿Vamos a hablar también de relevo generacional aquí? ¿Qué edad tendrán en Río 2016 la mayoría de nuestro atletas? ¿Cuántos atletas hay con proyección para substituirlos en los próximos 4 años?

Todavía no terminó el Mundial de Natación pero las previsiones son equivalentes al Mundial de Atletismo. Si a eso le sumamos que en los Juegos el nivel deportivo sufre una vuelta de tuerca, ¿cuál es nuestro lugar real? Yo no creo que nuestra realidad sea estar entre los cinco mejores países del mundo, pero tampoco estar tan atrás como estamos cayendo.


Además creo que puede llegar a ser injusto el hecho de hacer recaer la responsabilidad del medallero español en deportistas tan veteranos a los que no se les permite fallar porque de sus resultados depende el lugar en el que esté España. Algunos de estos atletas mayores han sido multimedallistas pero no se les puede exigir que lo sean in eternum... Aún así debemos agradecer muchos de nuestros éxitos a iniciativas particulares y energía de personas (deportistas, técnicos y/o directivos) que cogen el toro por los cuernos y la bandera de nuestro deporte para llevarlo a lo más alto (aunque insisto, a veces de forma desorganizada).

Causará extrañeza que no haya escrito ni una línea del tema económico y de la crisis y tal. Bueno, no creo que sea este nuestro principal problema (me refiero a nivel global) aunque quizás el dinero esté algo mal repartido. Pienso que nuestro problema es de cooperación, coordinación, organización y claridad en el papel de cada uno de nosotros en este puzzle que es el deporte paralímpico. En el fondo lo que haya pasado, está pasando y vaya a pasar es responsabilidad de todos.
Algún medio de comunicación nacional deportivo basaba uno de los artículos del Mundial de Natación en el relevo generacional en un equipo en el que... solo hay una nadadora que debuta entre 18 miembros de la selección y más de una quincena que se "borran" o no alcanzan el nivel exigido siendo la media de 27,1 años de edad (es decir 30 años de media en Rio'2016!). A eso en realidad se le llama retirada en masa o año sabático en masa, pero nada más que eso. Esta vez todavía les hemos convencido de que estamos en relevo generacional pero.. ¿hasta cuándo? Por cierto, "convencer" no es solo decir a los medios que existe dicho cambio, sino que también es no decirles que no es así.



Es mejor ser realista y vender cosas reales. Eso no es ser pesimista, ni mucho menos. Un ejercicio de realismo ayuda a enfocar las situaciones con mayor objetividad y actuar en consonancia y con coherencia. Así evitaremos tener que dar explicaciones de golpe como sucedió en una rueda de prensa en Londres al finalizar los Juegos. Por suerte, la prensa empieza a hacernos caso y de momento se dejan guiar por quienes pertenecemos a nuestro deporte, pero algún día, como cualquier actividad pública como es el deporte seremos fruto de la crítica (positiva y/o negativa).  Ya sucede en otros países.


No falta mucho para que la prensa tengan un criterio propio y no necesitarán hacernos consultas para elaborar sus informaciones sino que las harán de forma independiente (y eso tiene pros pero también contras porque hasta ahora ha sido fácil dirigir esas informaciones por el desconocimiento de nuestro deporte). Yo mismo trabajo en una cadena de TV nacional como es Eurosport y ya he sido comentarista en unos Juegos Paralímpicos de Invierno; ya puedo empezar a tener una opinión basada en mis conocimientos y que luego ampliaría con la info que se me dé desde los organismos oficial, pero ya soy más independiente y no me dedicaré a copiar y pegar comunicados/notas de prensa como pasa hoy en día (y eso cada vez sucederá más).



Creo que nos espera una travesía en el desierto en 2016. Quedan poco menos de 3 años para configurar los equipos nacionales paralímpicos que estarán en Río, y los deportistas que todavía no son ni promesas ni potenciales campeones no lo serán en este corto período de tiempo que falta hasta 2016 (confiemos de nuevo en la providencia para que aparezca algún deportista de la nada). Esperemos que los Juegos de 2020 caigan en Madrid, pero si no fuera así tampoco pasa nada porque ese debería ser nuestro verdadero objetivo. Hacer las cosas bien, planificadas y con tiempo, sin estar como siempre pendiente del resultado inmediato, que no deja de ser pan para hoy y ni siquiera hambre para mañana. 


Me permito hace esta reflexión por escrito, porque quiero este deporte, por todo lo que me ha dado y porque lo puede dar a mucha más gente. Entre todos podemos hacer del deporte paralímpico algo grande y que sea reflejo de una sociedad mejor para quienes tenemos alguna discapacidad. 




Es solo una opinión. Y ya se sabe, para gustos colores aunque seguramente hay mil formas de ver las cosas y otras mil de solucionarlas.

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